Death Valley NP, California

Sábado 16 de agosto

El calor se iba haciendo más intenso e insoportable a medida que nos acercábamos al Death Valley.

Con sus 7700 kilómetros cuadrados de extensión (igual que la provincia de Barcelona), es el segundo parque nacional, en cuanto a superficie, por detrás de Yellowstone. Debe su nombre a la frase pronunciada por un pionero superviviente, hemos sobrevivido a este valle de la muerte, que logró cruzarlo sin correr la misma suerte que muchos Fortyniners que intentaron entrar a California desde otros estados en plena Fiebre del Oro.

Pocas carreteras asfaltadas cruzan el parque y, por el asfixiante calor y la sequedad del aire, es aconsejable no salirse de los caminos marcados, sobre todo en verano. Hay una larga lista de desaparecidos que nos convencerán que hay que seguir las normas.

En el interior del parque solo hay tres puntos de civilización y aprovisionamiento donde hay alojamientos, gasolinera (mucho más cara que en otras zonas, lógico), y alguna tienda. Son Panamint Springs, Stovepipe Wells Village y Furnace Creek.

Desde el primero, a las puertas del parque, en el oeste, se llega a Father Crowley Vista un mirador que ofrece una panorámica de Rainbow Canyon, creado por flujos de lava y ceniza volcánica.

Una única sombra en un camping cerrado, nos ofrece el mejor sitio posible del parque para hacer un rápido y sofocante picnic.

Cerca de Stovepipe Village, en el centro, no hay que perderse las dunas de arena de Mesquite Flat. El calor asfixiante impide que la incursión a esta zona se alargue mucho y es bastante probable que desde el view point tengamos suficiente.

Pero es en la zona cercana a Furnace Creek donde están los lugares más extraordinarios de todo el parque. Furnace Creek es el centro turístico por excelencia de Death Valley, con un complejo muy poco sostenible si tenemos en cuenta donde se encuentra. Cuenta con una piscina de agua hirviendo que hace que te sientas como si fueses un cabellín en un cazo de sopa, campo de golf, varios restaurantes y unas, eso sí, agradables y frescas habitaciones en el Ranch. Estuvimos con la tentación de jugar un partidito de tenis en sus pistas, pero los 60º grados al sol nos echaron para atrás.

Un hotel de lujo en una colina cercana ofrece también alojamiento y restauración.

Badwater, accesible desde Furnace Creek a unas 17 millas al sur, es el punto más bajo de todo EEUU, se encuentra a 86 metros bajo el nivel del mar y es una gran extensión de agua salada mineralizada en constante evaporación por las altas temperaturas.

De vuelta a Furnace Creek y con los últimos rayos de sol, nos adentramos a Artists Drive un circuito de sentido único donde la erosión ha ido moldeando un paisaje único con un abanico de colores ocres, azules y rosáceos que se acentúan con la luz del atardecer. Desde Artists Palette, el colorido paisaje es un regalo para la vista.

La oferta para la hora de cenar no es muy extensa. Un café, un buffet, un saloon y un animado pub son las propuestas que nos ofrece este alejado complejo.

Y la noche no es mucho más fresca, 43º grados nos dieron una bofetada al salir de cenar del pub. Pero la espectacular visión de un cielo estrellado en la que se puede distinguir, incluso, la Vía Láctea, no tiene precio.

Death Valley
Death Valley
Death Valley
Death Valley

Domingo 17 de agosto

Las altas temperaturas impiden que, cuando el sol está más alto, puedas, incluso, dar varios pasos seguidos sin sentir que te falta el aire para respirar. Además los primeros y últimos rayos de sol hacen que los colores ocres y rojizos se intensifiquen. Por estos dos motivos nos levantamos a las 5 am, desayunamos algo rápido en la habitación (en el Furnace Creek Ranch no entra desayuno pero las habitaciones disponen de cafetera de goteo) y salimos disparados con el bochornazo que ya pegaba, a hacer fotos del amanecer desde Zabriskie Point a una de las formaciones geológicas más fascinantes de Death Valley.

De vuelta al hotel nos desviamos por la carretera 178 e hicimos una caminata por el Golden Canyon. El sol todavía no abrasaba y las sombras permitían caminar. Eran las 7 am. A medida que el sol iba subiendo, notabas que la boca se secaba en cuestión de segundos y que la deshidratación iba acentuándose. No puedo imaginar lo que puede ser hacer un trail por el desierto durante las horas de más calor…

Todavía muy temprano, llegamos al hotel a hacer el check out y salimos dirección Las Vegas, nuestro próximo destino.

Death Valley
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